Se ha hablado mucho sobre la conveniencia de sustituir las bombillas de nuestra casa por las de bajo consumo pero de todos es sabido el alto precio que estas nuevas lámparas alcanzan en el mercado, por lo que muchos prefieren seguir utilizando las bombillas tradicionales.  Así que vamos a calcular, excel en mano, si de verdad hay ahorro o no en el uso de estas bombillas.

Partimos de la premisa de que en una vivienda habitual de 3 dormitorios hay una media de, por ejemplo, 20 bombillas de incandescencia de 60w, lo que da una potencia eléctrica de 1200w.  Por supuesto, no están encendidas todas a la vez, ni a todas horas del día, así que vamos a aplicar lo que se conoce en ingeniería como “coeficiente de simultaneidad”.  Suponemos que el uso irregular de esas lámparas equivale al uso regular y continuo del 15% de ellas.  De esta forma nos encontramos con 180w de consumo ininterrumpido (0.18kw).  A un precio de 0.114€ el kilowatio hora, tenemos que el gasto diario en iluminación es de 0.5€.

Veamos ahora el caso de las lámparas de bajo consumo.  Para obtener la misma iluminación, necesitaremos 20 lámparas de 11w cada una, ya que el rendimiento de éstas es mayor.  Así, con el mismo coeficiente de simultaneidad, la potencia se reduce a 33w en continuo.  Aplicando los valores anteriormente expuestos el gasto diario es de 9 céntimos de euro.

Lámpara de bajo consumo

Bombillas de bajo consumo, ¿Son la solución?

Hay que tener en cuenta también el coste de las bombillas, tanto de las de incandescencia convencionales como de las de bajo consumo.   El coste de las de bajo consumo es de aproximadamente 5€ cada una, por lo que el total de nuestras 20 bombillas serán 100€.  Las convencionales son más baratas, pero aún así tendrán un coste de, por ejemplo, 50 céntimos.  En ese caso, el coste de nuestra instalación de iluminación convencional asciende a 10€.

Hay otro tema, y es el de la duración de las bombillas.  Las lámparas de incandescencia tienen una duración aproximada de 1000 horas de funcionamiento, mientras que las de bajo consumo pueden llegar hasta las 10.000 sin problemas.  Esto quiere decir que habrá que sustituir 10 veces una lámpara convencional antes de que sea necesario hacer lo propio con su contrapartida fluorescente.  Como el día tiene 24 horas, habrá que reponer las lámparas incandescentes cada 277 días (recordemos el funcionamiento continuo y el coeficiente de simultaneidad), mientras que las  de bajo consumo  durarán 10 veces más.  Para facilitar las cosas, asumiremos el coste mensual de reposición, que será 1.08 para las convencionales y ¡oh sorpresa! Exactamente el mismo para las fluorescentes.  Recordemos que duran 10 veces más, pero que también cuestan 10 veces más.

Comparamos ambos supuestos en una gráfica del coste acumulado a través de los meses:

Llegado a un punto, se recupera lo invertido y empieza a ser rentable

Llegado a un punto, se recupera lo invertido y empieza a ser rentable

Aunque parezca increíble, habremos igualado costes en el octavo mes y a partir de ahí todo son ganancias.  Como ejemplo, al cabo de 10 años nos habremos ahorrado la friolera de 1300€.

Allá cada uno con sus cuentas…

La verdad nos hará libres.

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